martes, 27 de octubre de 2009

La Odisea del Cotton. Capítulo IIX. Asi nomás. Sin subtítulo.

"Te acabo de dejar con los rastas... pero estás acá. Con estos animales endemoniados. Algo muy raro pasa, y creo que vos estás atrás de todo." dijo, y me apuntó, "Sos boleta, pibe. Decí tus últimas palabras. Si te movés, ni eso te doy." A mi alrededor, las vacas seguían peleando, sin darse cuenta de lo que ocurría. La alarma sonaba ensordecedora, pero llegué a escuchar un "30 segundos para activación". ¿Y ahora?

¿Y ahora? En mi mente sobrevolaban aquellas enigmáticas palabras... eran dos palabras. Sujeto tácito, unimembre. ¿Y el Objeto directo? A la puta que lo parió.

"Oime, Tetraedrón... calmemonós, por favor, no cometamos locuras..."

"No vamos a cometer locuras. Voy a pegarte un tiro, hijo de pura."

"Pero", gemí, "después de todos estos años juntos..."

Tetraedrón me miró desconcertado.

"¿Qué años?"

"¡YO SOY COMO VOS, PICHÓN! ¡No me tenés que matar! ¡Somos iguales!"

Tetraedrón entrecerró los ojos, preocupado. Pude ver que temía por mi sanidad. O solo le daba asco. O se había dado cuenta que entrecerrar los ojos es mas dificil de lo que parece.

"Estás loco, Piotre. Lo supe en cuanto te vi. Y qué bueno que está este aceite" dijo, frotándose la nariz. Por un momento desvió la vista. Si fuera un champion, podría haberlo derribado y posiblemente salvado al planeta, pero me quedé mirandolo como una de las vacas. "Ahora te mato."

La alarma nos hizo saber que quedaban 20 segundos para singularidad. No, perdon, activación. Las vacas estaban haciendo un Mortal Cowbat interminable. El techo medio que se caía, yo medio que me cagaba, y en algun lugar del mundo... Entonces comprendí. Lo comprendí todo. Lo unico que impidió que me diera un derrame cerebral fue que me habian cortado el servicio por falta de pago.

"Tetraedrón..." dije con voz antinatural (tan antinatural como un pequeño cangrejo)

"No me vas a distraer más. Acá se acabó. Si sigo tardando en matarte posiblemente descubras algo increíble o te mueras de un derrame cerebral. Yo te quise, pero sé que vos vas a hacer mal al mundo, lo vi en tus ojos..."

"Si me vas a matar, que así sea", dije, cerrando los ojos.

Ahi nomas el hijo de puta me descerraja un tiro que casi me vuela el hombro y me tira hacia atrás. ¡Me disparó, el hijo de puta! Caí al suelo gritando.

"¡Me disparaste, hijo de puta! Más vale que me mates porque me voy a poner medieval con tu culo!"

Se acercó lentamente, recargando su arma, que convenientemente era un Remington a chorro de tinta en Mono, que con cada disparo habia que pasarle Mr. Músculo, desinfectarlo, estacionarlo y volver a cargar.

"¿Te gustó Pulp Fiction? Lástima, voy a tener que matar a un hombre con buenos gustos."

La alarma gimió que faltaban 10 segundos para la activación. Perdí toda la esperanza. Seguí con mi plan solo para que el capítulo no pareciera totalmente sin sentido.

"No me mates, por favor... en el fondo somos iguales. Nos crió una madre, corrimos carreras de Oso Hormiguero, por las noches íbamos a las fastuosas fiestas..."

Tetraedrón terminaba de pasarle Glen al Monoaural y empezaba a cargarlo.

"Hablá todo lo que puedas, que ni bien cargo el arma te hago otro ojo, traidor..."

"No, no, no me digas traidor a mi", grité desde el suelo.

"Por favor, no me quieras mentir a mi... sos un traidor, y queres ayudar a la vaca... No me vengas a contar cuentos..."

"No te cuento nada", seguí chillando, "vos sabés que yo no traicioné a nadie, solo entré a este supermercado en busqueda de... no se, ALGO, y me cautivaste, y ahora me querés matar".

"Andá", dijo de mala gana el otro hijo de puta, "yo se quien sos y quien es esa vaca y no me van a ganar a mi."

Me apuntó. Pensé en algun verso para morir de manera digna o al menos romántica, pero me salió lo más humano que podría haber dicho.

"PAYASO."

Hubo una pequeña pausa, donde todo se detuvo.

"PAYASO MEDIÁTICO."

Podría hacer una linda descripción con belleza sintáctica para describir lo que pasó, pero lo voy a poner en terminos simples: se paró todo. Mis palabras atravesaron el corazón de Tetraedrón. Su fecha de muerte fue ese mismo instante. Sus ojos se vaciaron, dejó escapar el alma en un suspiro. La máquina avisaba que el portal se abría, pero nada importaba. Acababa de fulminar a un pobre viejo adicto al bacalao que en unos meses hubiera estado al servicio de las Vacas.

La parálisis del viejo sólo se interrumpió cuando se desplomó sin más, dejándose caer como un saco de papas sobre el piso cubierto de polvo y trozos de mampostería.

"Se puso demasiado dramático esto", me dije a mi mismo. Y me aproximé a tomar el arma tarareando Los Piratas.

"Perdón, viejo", dije, mientras corría hacia donde estaban las vacas. Tenia un hombro inutilizado, y ya me empezaba a llenar toda la situacion con bovinos extraterrestres y portales antediluvianos, asi que le pegué un tiro a una de las vacas.

El animal se tomó el pecho y cayó emitiendo un mugido trágico.

"Piotre, me disparaste... no entiendo por qué...", gimió desde el suelo quien ahora yo comprendía, era Rosbif I.

Fue demasiada la tensión y la culpa. Y todo lo anterior expuesto habia pasado demasiado rápido. Corrí hacia el vacuno, mientras el otro Rosbif corría hacia el portal.

"Vas a estar bien", le dije a Rosbif, agachándome.

"¿Voy a estar bien?", me preguntó.

Asentí.

"¿Me acabas de pegar un tiro y me voy a poner bien? ¡Voy a ser las Paty que viste en el pasillo 4, hijo de puta!"

"Pero pensá en todos los que vas a alimentar con tu sabrosa carne..." Era todo demasiado fuerte; habia perdido a dos amigos en menos de doce oraciones.

Rosbif se quiso incorporar pero entendí que era en vano, y le apliqué un golpe en el cuello para acortar su miseria. Tuve que aplicarle otro porque no la acorté, sino que la intensifiqué.

Cuando hube faenado a mi ultimo amigo en la tierra, con un Monoaural en una mano, un tiro en el hombro, y unas ganas tremendas de echarme una siestita para estar por la noche pila pila pila pila, me volví hacia la otra vaca.

"Sos un pajero, bepi", me dijo Rosbif. "No te vas a matar vos ahora, ¿eh?"

El animal estaba parado junto al portal, que empezaba a brillar. Unos temblores más intensos empezaron a otorgarle a mi cuerpo alegría macarena. El interruptor estaba en la pared mas alejada de la habitación, entre el Becerro y yo. No tenía tiempo para pensar en un plan, y estaba a punto de que el lugar se llenara de vacas, que de seguro me iban a torturar con sus miradas-vacío de Juan Salvo, y sus capacidades natas de tocar las castañuelas (las pezuñas que tienen suenan como un metalero en una biblioteca).

"Ahora vas a contemplar el poderío de las vacas... vamos a traer a De Narváez... va a salir RASIN CAMPIEÓN" mugió la vaca en un éxtasis.

"Esta es la mía", dije, y arremetí contra la vaca. No se si realmente esperaba que la vaca se cayera, porque tomé mucha carrera. Cuando me di contra el torso de la vaca, entendí el chiste del leproso y el barranco.

"¿A donde vas?", inquirió Rosbif jocosamente. Me tomó de un brazo y me sacudió contra la pared. Si no me hizo mierda ese golpe, por ahí soportaba un mano a mano con Tyson. Pero de hecho sí me hizo mierda, y bien mierda. Me quedé tendido ahí, con el interruptor a centímetros nada más.

La vaca vio mi interés en él, y se aproximó.

"No entendés, ¿no? No importa que lo apagues ahora. Entró en una fase de auto alimentación. Podés tocar este botoncito lo que quieras, pero no va a pasar nada." Y como si fuera poco, lo hizo.

En menos de un segundo, el portal se apagó.

"Uh, qué bolú" susurró la vaca, volviéndolo a encender. El portal recuperó su poder al instante.

"Todavía no entró en retroalimentación, pero seguro que le faltan unos segundos..."

Entonces, me tomé esos segundos para pensar. La vaca habia dicho que el portal no se podia apagar de ahi, y a menos que de repente mis huesos se soldaran, no podía correr hasta allá. Pero la fuente de energía debia estar en otra parte... seguramente, dentro del portal. ¿Y si entraba? Era osado. No conocía el hábitat de las vacas. Sólo conocí su lenguaje, sus métodos de tortura... sus baños y cómo cantan mal el tanto. ¿Mi mente era capaz de soportar la locura surrealista del Mundo de las Vacas?

Me interrumpió la vaca, avisándome que ya el portal no podia apagarse. Grosso.

Comencé a arrastrarme hacia él. Lamenté no haberme arrastrado nunca antes, porque realmente hacerlo con un brazo era jodido. Pasé por al lado de una cajita de Mogul. Estaba intacta, virgen...

"¿A donde vas?", me dijo la vaca.

Agarré la caja de Mogul y la aseguré en mi sobaco. No era momento de andar pensando en higiene. Segui arrastrándome.

"Me voy a hacer un rico calientito, y después me voy a caminar un rato... ¿Venís?"

La vaca rió, sin moverse de su lugar. Habia puesto los brazos, o extremidades superiores, en forma de jarra. Denotaba soberbia, frivolidad... qué vaca de mierda.

"La radioactividad del portal te va a poner los huevos como dos nueces si te acercás. Las ondas neutralizan el azucar de tu cuerpo y te hacen poronga... lástima que no sos como las vacas."

¿Azucar? ¿Ondas neutralizadoras? ¿Qué mierda era todo eso?

"¿O sea que si incorporo azucar a mi organismo, puedo llegar a no quedar como Rial?"

"Si, pero a menos que tengas una caja de Mogul en el sobaco, pibe, no lo veo probable", rio el vacuno mientras sus ubres danzaban.

Le di la espalda, todavía tirado como una gran bola de mierda, y abri la caja de mogul. Empecé a comer gomitas como nunca antes. Si alguien, cualquiera que fuera, era sacado de su vida normal y se lo ponía a contemplar esta escena repentinamente, seguramente que quedaba grogui para el resto del partido.

Las mogul se arremolinaban en mi tracto digestivo, como empleados de Kraft en la panamericana. No paraban de entrar más en la boca, y tuve que hacer esfuerzo para no comenzar a llorar.

"¿Qué tenés ahi?", dijo la vaca a mis espaldas. La sentía acercarse. Comencé a meterme de a siete gomitas en la boca. Y no me digas "Son Mogul, quien no las querría". Porque todo lindo, pero te quiero ver a vos bajándote un paquete entero sin que te agarre arritmia ni se te mueva un pelo.

Hola, si.

Estaba termiando el paquete cuando vi como una pata salía del portal. Esta SÍ que era la mia. No podía cruzarlo arrastrandome, asi que tenia que pensar en algo rápidamente. Rosbif estaba a dos pasos de darse cuenta que tenía mas azucar metido que Maradona en el '94. Me metí todas las gomitas que quedaban sueltas en la boca, sin tragar (lo que hubiera sido un suicidio seguro).

La otra pata cruzó el portal. Me arrastré unos diez centímetros más, y me aferré de las dos patas que acababan de salir, sabiendo que si las soltaba, era el game over. Sentí el suspiro de sorpresa de Rosbif al ver la caja de Mogul en el suelo. Me imaginé su rostro. Ugh.

Y ahora venía la jugada definitiva. La vaca que estaba saliendo asomó gran parte del pecho y casi toda la cabeza, a través del vaho azul del portal. Entonces, miró hacia abajo. Me vió, y yo le clavé la mirada. Era una vaca corriente, con cara de idiota. Sonreí, deslizando algunas de las mogul que llenaban mi boca e impedían mi respiración. Traté de decir "Hola", pero la pieza gutural que expulsé no servía como saludo.

Entonces escupí las mogul y empecé a hacer chillidos y a hablar en lenguas, abriendo más los ojos. Las cejas de la vaca se elevaron, y su cara inexpresiva se desfiguró en puro terror. No la culpo. Drogado de mierda agarrádote las patas y hablando en árabe, no es mi definición de diversión.

La vaca comenzó a retroceder lentamente, y luego adquirió velocidad. Rosbif trató de agarrarme, pero para cuando se dio cuenta de que me habia esnifado las Mogul, ya estaba con medio cuerpo dentro del portal. Estaba aferrado a las patas del animal; adonde terminase, ella lo diría.

Sentí que Rosbif gritaba algo. El ruido de los helicópteros impidió que lo escuchara. Creí que había dicho "Stop".

La vaca me condujo a una recámara muy similar de la que acababa de llegar: espaciosa, con unos extraños símbolos en las paredes, una luz antinatural en el techo, y un enclave de bovinos que ahora se dispersaban horrorizados al ver a su amiga presa de una criatura como yo.

Mi huésped trataba de zafarse pero mi vida dependia de aferrarme, asi que estaba fallando bastante la guacha. Cuando iba hacia una escalera me di contra un escalón y tuve que soltarme. Rápidamente me incorporé, recordando que tenia un hombro a la miseria. Las vacas estaban horrorizadas, y la adrenalina en mi cuerpo corría como un Mati enloquecido.

Se me ocurrió decir algo para asustarlas.

"¡Yo no estoy encerrado acá con ustedes!", grité. "¡Sino que estoy encerrado acá con...!" Qué tarado que soy.

Por suerte mi torpeza mental no les devolvio la valentía, y me rehuían. Le pregunté a una por la fuente de poder del portal.

"No me mate, por favor, no me mate", no paraba de repetir.

"¿Donde está la fuente de energía?", le pregunté apuntándole con un dedo a su ubre.

"Arriba... en el piso más alto de la torre."

"¿Estamos en una torre?"

"Sí."

"Ah."

Dejé de apuntarle y me aproximé a un ascensor que habia por ahi. Me metí, y en cuanto me di vuelta, vi que Rosbif entraba por el portal. Me vio y su furia fue tal que afectó la economía Magrebí. Toqué el botón más alto instantaneamente, y la vaca comenzó a correr en mi dirección. La puerta se cerró inmediatamente antes que me alcanzara.

"¡No subas allá arriba! ¡Está el Rey De las Vacas!"

"¿Quién?", grité.

"¡El rey de las vacas!"

"¡Quién te preguntó!", me reí mientras ascendía.

Me tomé un tiempo para saborear las mogul que habia ingerido, pero no fue suficiente el tiempo que tuve. Pronto llegué al último piso. Cuando las puertas se abrieron, supe que había llegado al final.

Una enorme habitación, con un gigante pasillo y lámparas a los costados. Y allí, al final, gigante, obeso, grotesco... el Rey de las Vacas. Una vaca simple, pero con barba, sombrero y un bastón. ¿Viste cuando no te das cuenta si lo que tenés adelante es una bestia milenaria vengativa o una criatura milenaria cansada y misericordiosa? Bueno, me pasó.

El ascensor bajó, dejándome ahí.

"¿Quién osa... molestar... al rey de las vacas?", se articuló una voz grave e inexpresiva que retumbó por todas partes.

"Eh... Piotre", dije.

"¿Quién?", reverberó la cacofonía.

"Piotre"

"Quién te preguntó", sentenció la voz.

Seguramente que esa era la fuente de energía. Para apagar el portal debia hacer algo con esa vaca. No tenía idea qué, pero seguramente tenia que interrumpir su ciclo vital. O hacerla mierda, que era básicamente lo mismo.

Pero era gigante! Y el trono sobre el que se sentaba era... ¡qué mierda! ¡Yo me quiero ir a mi casa!

------------------------------------------------------

¿Qué pasa ahora, gente?

A) Piotre avanza triunfal hacia la criatura, intentando convencerla para que desista.

B) Piotre avanza triunfal hacia el hueco de 40 pisos del ascensor, intentando caer de cabeza.

C) Piotre lanza triunfal un par de mogul que le quedaron enganchadas en la ropa hacia el animal ancestral.

D) Piotre se cuenta triunfal uno de gallegos.

sábado, 10 de octubre de 2009

Otro de Antihumor

Claro, ahora que todos se la pasan en Camborieaux, esta página está más muerta que -inserte analogía aquí-. Por eso, a pedido del público, traigo ANTIHUMOR.
Para los que no se acuerdan, o es la primera vez que visitan esta página, el antihumor consta de algo muy simple: tomar un chiste ultrasúperrequeteconocido y cambiarle la parte graciosa, reemplazándola por algo LÓGICO, haciendo que QUEDE BIEN con la sociedad. Sólo así las masas populares no pueden entenderlo, lo que los prepara para un horrible mundo de pesadilla al que llamamos REAlIDAD.
Pero bueno, menos charla y más acción.


Photobucket


Photobucket


Esta página sigue en Internet gracias y sólo gracias a la infinita misericordia de NUESTRO HOSTING: