martes, 28 de diciembre de 2010

Las increíbles andanzas del Capitán Yugular, Petardo Maracaná y Mustang Sally en una escollera con forma de T

La verdad que no tengo la más puta idea de cómo empezar un update. Por eso, entre otras cosas, jamás escribí uno. Pero me siento muy trucha al figurar a la derecha de esta página sin haber aportado nada, así que agárrense, que ahí voy...

Con la llegada del verano, se activaron nuestras tendencias románticas de aproximación a la naturaleza y Yugular, Maracaná y yo salimos a pescar una cálida mañana (quizás demasiado cálida). No era la primera vez que íbamos y, como nunca habíamos pescado nada, había mucha ansiedad. Cuando llegamos, la punta de la escollera estaba ocupada por un grupo de hombres (con pinta de tenerla clara), entonces nos quedamos en el centro, y ahí fue cuando comenzó la odisea...

Mi poca experiencia en el arte ictícola hizo que pierda un anzuelo y el poco optimismo que iba controlando la frustración de la ignorancia. Una vez repuesto el anzuelo, cedí mi línea a Maracaná, quien entre enganches maldecía la vorágine despiadada de las piedras. Mientras él intentaba vencer el magnetismo del Rey Neptuno para con sus criaturitas, Yugular y yo alternábamos planes sobre nuestro futuro musical con comentarios no muy agradables sobre la mamá del gordo de al lado...El tipo había conseguido pescar ya más de una pieza. “Ojalá los peces estén infectados con una extraña enfermedad llamada huevitis, que le provoque el crecimiento de huevos en la frente y la operación salga mal y le corten todos los huevos del cuerpo” fue el deseo de Yugular.

Y así pasaron las horas, entre nuestros enganches y los piques sucesivos del gordo...Hasta que el desgraciado recibió una llamada. Aparentemente, por lo que escuchamos, su mujer había sido atropellada por una traffic que transportaba huérfanos al funeral de sus padres y se fue rajando. Enseguida, tomamos su lugar, tomamos sus peces y también pensamos que sería buena idea tomar algún parquecito municipal más tarde. El pique mejoró notablemente, Maracaná nos proveo de docenas de peces que planeábamos llevar al cuartel del NDI para la cena.

Al anochecer, Maracaná decidió cederle su lugar a Yugular, quien, minutos más tarde, sintió que algo había picado. Cuando trajo el anzuelo de regreso, descubrió que lo que se había enganchado no era un pez, sino una criatura extraña que, al ser vista por él, mereció la exclamación de “¡Un profundo!”. El bicho salió despedido por el sacudón que Yugular le propinó a la caña al levantarlo y cayó entre Maracaná y yo, que saltamos de la piedra en la que estábamos sentados y huimos de la playa.

Cuando volvimos a tener contacto con Yugular, nos contó que “el profundo” le advirtió que “muy pronto iba a sentir las consecuencias del karma por haberle deseado el mal al pobre pescador.” Nos reímos un rato de tal absurdo episodio durante varios días, hasta que Yugular comenzó a notarse una protuberancia cada vez más importante en la frente...Adivinen a quién le crecieron huevos en la frente y está rezando porque al doctor que lo opere se le haya pasado la resaca de Navidad...Sí...


La vida era más simple en nuestra infancia...

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Pirograbado: sobreviviendo las fiestas

Recientemente una ola de mariscos del espacio sideral barrió con la totalidad toda de los empleados encargados de la publicidad en el Estado Argentino y en vísperas de las festividades navideñas el gobierno debió contratar -mediante la aplicación de rigurosos tests de alcoholemia y de estatus emocionales- una nueva caterva de sujetos para llenar los espacios que dejó vacío la ola de mariscos siderales.

"Es una situación muy grave", dijo el ministro Carrizo. "En una época en la que aumenta un 0,02% la presencia de Zombies con mantos en los templos religiosos y un 78% la presencia de pirotecnia en las vidrieras, no podemos carecer de instrumentos de dominación mental". Luego agregó, "por eso decidimos salir con Randazzo en una Ranger a pegarle a los que no tienen casa y ademas para reclutar las nuevas mentes brillantes de la incipiente industria publicitaria".

¿Cómo entra el Capitan Yugular en esta mierda? Bueno, porque casualmente estaba descansando en la acera (me sacaron del cuartel de redacción luego de una pelea de mentes sucedida dada mi negativa a incluir a Hobbit de Garcha en la imagen del post anterior) cuando por un extraño ruido levanto mis ojos al cielo y veo a un violento Randazzo con una hóstiga a punto de golpearme.

No pude oponer resistencia y me metieron en una bolsa de consorcio de la que no salí hasta que lo hice. Tiene sentido, ¿verdad? Cuando recobré la conciencia me encontraba en una habitación débilmente illuminada, con otros hombres en mi misma situación. Es decir, sin casa, hostigados por Carrizzo, y sin saber qué habíamos hecho para merecer tal pesadilla. Por código de honor y por respeto a los caídos y a los no caídos, sus nombres serán codificados. Pobre #1 y Pobre #2, sucesivamente.

La cuestión es que rápidamente entendimos qué estaba sucediendo. Una horda de mariscos siderales habian secuestrado a los publicitarios y necesitaban nuevas personas hábiles que previnieran a las personas en estas navidades de los ultrajes de las explosiones de la pirotecnia.

"La cuestión es que rápidamente van a entender qué está sucediendo", dijo Randazzo. "Una horda de mariscos siderales secuestraron [...] pirotecnia."

Procedieron entonces a separarnos (logré decirle a Pobre #1 que resistiera). Me pusieron en una habitacion más pequeña, donde veía las siluetas de unas personas, cuyas caras estaban descansando plácidamente en la oscuridad más profunda.

"¿Nombre?"
"Capitan Yugular"
"¿Apellido?"
"Eisenhower".
"¿Edad?"
"Dieciocho años".

"La cosa es la siguiente, Yugular. Necesitamos que trabaje para el gobierno una vez más."

"No", respondí. "La última vez esto salió mal... recuerdo que en un update de hace un año rompieron mi casa -no recuerdo de hecho por qué tenia una casa si vivo en el cuartel general- y me llevaron para hacer otra cosa la cual tampoco recuerdo porque olvido los updates en cuanto los escribo. Pero", agregué, "recuerdo que salió mal."

Yo estaba sentado en una silla incómoda, y la voz venía desde la oscuridad. Olvidé aclararlo.

"Yugular, ¿para qué quiere una boca si no tiene un abogado?"

"¿Qué?"

"Como en Matrix... '¿Para qué quiere...?'"

"Pero en Matrix pregunta para qué quiere un teléfono."

Entonces me di cuenta que no tenía un abogado. Y empecé a transpirar.

"Yugular, debe cooperar con nosotros o mataremos a su familia"

"No tengo familia, ya la maté yo"

"Entonces vamos a desenterrar los cadáveres y vamos a tirarlos desde un vuelo de la muerte a Villa Lugano"

"No hay necesidad para meterse con los cadáveres, haré lo que tenga que hacer por mi querida patria"

Y procedieron a explicarme la situación.
Un tercio de los niños (desde los pies hasta la cintura) cada año pierde una cantidad exagerada de dedos por sostener la matraca demasiado tiempo. No estams hablando de perder UN solo dedo, no estamos hablando de perder Dos dedos. Los chicos hoy en dia pierden de OCHO a QUINCE dedos por petardo. Prenden el fosforito, les explota en la palma, y no solo les vuela los dedos de la mano sino que también, inexplicable y repentinamente, los de los pies.

Por eso ahora Capitan Yugular es un enviado del gobierno oficial con este mensaje:

Chicos: en las fiestas festejamos el nacimiento de Jesús, que murió para salvarnos. Asi que en primer lugar no deberiamos estar pelotudeando con fosforitos.

Los dedos que salen de la mano son una venganza que Cristo lanza sobre ustedes, pequeños niños. Deben lanzar la pirotecnia acompañados de un mayor adecuado (que no es el tío borracho vomitando el toné) y en caso que el tío los esté acompañando, denle a él la pirotecnia así se divierten viéndolo vomitar y como extra, perdiendo los dedos de la mano.

Niños del mundo, oigan mi aviso: no vale la pena perder un ojo, un dedo, un vientre, si pueden pasar una hermosa navidad viendo cómo su familia no condice con lo que ustedes recordaban los años anteriores. Mantengan su jóven sangre en sus jóvenes venas y en lugar de prender FLOWERS y esas cosas, tengan un poco de iniciativa y prendan estrellitas, esas que chisporrotean todas y te hacen ver como un boludo espástico cuando las agitas en el aire la medianoche de navidad y sos el hazmerreir de todo el barrio. Y el tío vomitando.

QUEDÓ MANCO.

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