jueves, 26 de febrero de 2009

La Odisea del Cotton, Capítulo 4: ¡Libertad y Negación!

VOS elegiste lo que vas a leer a continuación, así que hacete cargo.
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En el capítulo anterior, Teatraedrón confesó la realidad de la humanidad y sus consecuencias extraterrestre. Tetraedrón apunta a Piotre con un ’38, ¡y está cargado!

-¡Me niego a pertenecer a un grupo de estupefacientes cocoliches! – grité algo tembloroso, pero con seguridad.
-Entonces, tenés que morir.
-¡Me niego!
Arrojé mi botella rota hacia la cabeza de Tetraedrón, pero con increíbles reflejos, la esquivó. Pero por alguna razón se negaba a dispararme.
-¡Carajo! – gritó con ira - ¡El ’38 está cargado, le puse balas pero no se hace apretar!
Aproveché esa oportunidad para escapar y encontrar lo que sea para defenderme. Corrí y corrí entre todos los pasillos buscando piedras, lanzas, AK-47s, pero nada. Este supermercado de mierda no tiene todas las cosas que necesito. Si hubiese caminado 2 cuadras más, hubiese entrado al Disco, y la historia sería otra, probablemente con Teletubbies y payasos. Me volví estúpidamente hacia la puerta de salida, pero seguía cerrada, y recorrí pasos atrás para encontrarme nuevamente con los que alimentan mis pesadillas.
Se escuchaban los gritos de Tetraedrón, como si esto la pareciera una especie de juego. Su potente hipnosis me tenía como su esclavo:
-¡Marco!
-¡Polo! – grité como un idiota.
Y ahí estábamos, frente a frente. Yo estaba siendo amenazado por los cuchillos Tramontina de mi archinémesis.
-Hasta acá llegaste.
-¡Me niego! – negué.
Desesperadamente agarré lo primero que tenía a la mano. Los estupefacientes que rondaban en la atmósfera empezaron a hacer efecto en mí, pero no me detuvieron. Con todas mis fuerzas, lancé a los rastamanes hacia Tetraedrón, y mientras realmente volaban, lo hacían al grito de:
-¡CATUNGAAAAAAAAAAAAA!
Entonces entendí que las vacas eran una mera ilusión de mi mente putrefacta. Pero no me detuve allí. Agarré al resto de la banda, y los arrojé uno por uno. Todos volaban con el mismo grito malévolo, excepto uno, que gritó “ORUGAAAA”. Inmediatamente pensé que lo podía adoptar como compañero de viaje y aventuras, y así no encontrarme yo solo contra una flota de alienígenas, si es que las palabras de Tetraedrón eran ciertas.
Saqué a mi enemigo inconciente de esa montaña de adictos y lo revisé, a ver si tenía algo de utilidad. Sus bolsillos eran extrañamente profundos, y de allí saqué ciertos elementos sin importancia: pañuelos descartables, una pepita de oro, pañuelos de tela usados, las manos de Perón, un santo grial, un pastor brasilero llamado Pedro di Sosa y un dispositivo para destruir naves alienígenas, además de kilos y kilos de marihuana. Seguí palpando y encontré su documento, su teléfono celular y en su cuello, un collar con las llaves del Supermercado Cotton.
“Loteria” pensé. Entonces me hice con ellas, sus documentos, teléfono, pañuelitos descartables y Pedro. Despertamos a Clinton de su sueño (que así se llamaba el del grito extraño) y nos fuimos hacia la puerta.
-¡Me niego! – grité, y el eco recorrió todos los pasillos, despertando a Tetraedrón.
Me apuré a salir de ese claustro mercantil, y cerré con llave, dejando al resto adentro.
-Es hora de salvar el mundo – les dije a mis compañeros.
-La salvaciáun está en el poder de Deus. – respondió Pedro.
Su voz era hermosa, atrapante. Tenía la gracia de hadas bailando alrededor de una laguna. Sospeché sobre él, ¿por qué lo tendría guardado Tetraedrón? Pero eso no era de suma importancia en el momento.
Estaba amaneciendo. ¿Cuánto tiempo habré estado allí dentro? Sólo Tetraedrón lo sabía, pero ni en pedo iba a entrar y preguntarle. Ciertas experiencias de mi niñez me enseñaron que no les debía preguntar la hora a mis enemigos, debido a que mis testículos sufrieron severos correctivos.
Para cuando volví de mis recuerdos, habíamos recorrido diez (10) cuadras plateneses, de esas que son re largas maaaaal, y vimos muros repletos de grafittis y carteles que decían cosas como:
“Rinocerontes Copulando”, “Bichos Taladro”, “CATUNGA”, “Frutos en la Pepa Porn” y otros.
Pero en el centro, un llamativo anuncio que rezaba, y cito: “Basta de negociar con paganos. El Núcleo es más fuerte. Nos perteneces. We Own You.”
Al leer eso, el collar que le robé a Tetraedrón comenzó a brillar, y un platillo volador se impuso sobre nosotros en estas tierras desiertas de almas.
Corrí con mis compañeros. Noté que la ciudad estaba destrozada. Era más bien un paisaje apocalíptico.
Una luz verde fluorescente (el mismo color que el brillo del collar) nos detuvo, y en esa inmovilización, se desvanecieron todas las leyes de la física, de la matemática, rigiendo solamente las locas ideologías warchnitzianas.
Empezamos a sentir una fuerza antigravitatoria (probablemente debido a las partículas de oxígeno) que nos atraía hacia la nave. Cerré los ojos y escuché voces de tipo polilateral bilabiales cáusticas con ascendencia en plusvalía del banco Santander. Algo había leído sobre los sentidos, que cuando opacás uno, los otros se desarrollan.
-Abre los ojos - dijo una de las voces.
-¡Me niego! – negué en un grito.
-Abre los ojos – repitió
-¿Penélope Cruz? – seguí negando.
- Dale Tetraedrón, no seas pelotudo.
En el momento, abrí los ojos y vi que el sueño se hizo realidad. Me encontraba rodeado de vacas. Vacas con colmillos en vez de molares. Vacas caníbales.
-Os felicito por vuestro trabajo, Tetraedrón. Este espécimen – dijo sosteniendo a Clinton – es una prueba fehaciente de que vuestro trabajo ha sido realizado con éxito.
-Éste, sin embargo, es perfecto para seguir distrayendo a la humanidad – dijo otra vaca sosteniendo a Pedro.
Sentí pezuñas detrás de mí.
-Habéis logrado bien lo propuesto. El cargo político de grupo dictatorial de lo que queda de la Tierra será de tu grupo. – dijo otra vaca.
-Yo…
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Hemos llegado al fin del capítulo 4, chicos.

“IEIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII”

Ahora ustedes, y sólo ustedes elegirán el próximo acto de Piotre:
a) Quiero que Piotre sea honesto y les cuenta la verdad a las vacas, arriesgándose a cosas horribles.
b) Quiero que Piotre se avive y se haga pasar por Tetraedrón. Él y sólo él tiene los documentos, y la capacidad de dominar el mundo con puño de hierro.
c) Quiero que Piotre se niegue e idee una escapatoria que deje conforme a las vacas.
d) Quiero que sus ideales sean para bien: que se haga pasar por Tetraedrón y expulsar a las vacas.

5 comentarios:

  1. ok, no es tan malo como el Padre Nuestro Ilustrado... Bien, eh

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  2. "a) Quiero que Piotre sea honesto y les cuenta la verdad a las vacas, arriesgándose a cosas horribles."

    Esa me parece la opción más acorde para continuar esta delirante historia jajaja, muy bueno el capítulo. Logró hacerme cagar de risa un buen rato jajaja. Un saludo ~

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  3. Facu, vos te cagas de risa con lo que nosotros escribimos. En Groelandia a eso se llama ser un violador serial con tendencias psicópatas. Acá en Mar del Plata dirían que sos aficionado de Toddlercon. Quien no sepa qué es eso último, que me lo pregunte.


    PD: Es una paja decírselos persona por persona. El toddlercon es como hentai, pero en vez de minas, los tipos cogen bebés. Muchas veces, recién nacidos.

    PD2: Soy Adefesio :D

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  4. ¿Quién además de Adefesio podia compartir semejante SAPIENCIA con nosotros?

    Garchen bebés!

    El mundo está loco, loco

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  5. P.D: No los tenias que sacar del supermercado.

    NO LO TENIAS QUE HACER. HICISTE MAL LA MEZCLA!--

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