domingo, 16 de septiembre de 2007

¡Están avanzando como el PDI!

¡Heil, mis amigotes! Yo soy Lord Garchen, el miembro más nuevo de esta maravillosa (…) sociedad, pero a la vez el de más edad y el que peor escribe cosas cómicas, pero bánquensela carajo.

Para introducirme, voy a hablarles del mal que amenaza en el mundo. “Bush” pensarán ustedes. “Capitán Yugular” pensará el Capitán Anarquía (Sieg heil mein Fürher). Pero no, es un mal que se expande cada día más, y por cada uno que muere, nacen dos. Tampoco es Fenril, pelotudos. Como las mangostas y los bisexuales… ¡se nos vienen encima los Emos! ¡Vienen en masa!

Empecemos a analizarlos:

Fase 1: Sus comienzos.

Alemania, período de posguerra; Segunda Guerra Mundial (1917-1945)

Para los que no saben (y pasaremos a mostrarles), los emos son una clase social que se viste de negro y dice que “está todo mal” cuando tienen buena situación económica y gente que los quiere, pero para ellos sigue “estando todo mal”. Acostumbran a vestirse de negro, blanco y rojo, se peinan hacia su derecha tapándose el ojo (alisándose el pelo con una plancha si es necesario) y se tiñen de negro cabeza cuando no lo tienen lo suficientemente oscuro. Hay tres cosas que aman: Llamar la atención, “el dolor” (con el cual llaman la atención) y 30 Seconds To Mars.

Prosigamos con lo que estaba comentando.

Alemania estaba siendo contraída por el señor Hitler, quien disfrutaba escuchar Good Charlotte. Cuando logró dominar al resto de Europa, los Estados Unidos dijeron “Nou! Nou podemous permitir queu los imous consigan dominar al mundou!”, y entraron a atacar.

Cuando dividieron la cosa, creyeron que los emos habían desaparecido, pero al tirar la bomba en Tokio, solamente alimentaron su poder para decir “Está todo mal”.


"Los judíos me hicieron así. Europa también.

Mi nombre es Adolfo (entiéndase: Adolfus = Dolor en latón)."

Fase 2: Evolución.

Los emos se hicieron más poderosos en estados unidos, influyendo a otras culturas y expandiéndose como Mc Donalds. Hoy en día están esas bandas de mierda como PANIC! At the Disco, que supuestamente se cortan, pero es puro bolaso. Nunca muestran la cara, putos.

En Argentina se están haciendo muy populares ahora, así que cuidado.

Pero en Argentina también está la persona que va a modificar el movimiento emo. Miembro de nuestra sociedad, y creador de un nuevo estilo: Ojea.

Pero con los emos, también va a aparecer nuestra salvación.

"Emo según google. Lástima el pelo pintado con paint,

pero se ven así más o menos."


Fase 3: Su futuro.

Con Ojea como su Mesías, van a ser Emos Remasterizados (entiéndase por gente paupérrima que se peina para el costado, tiene un lunar del tamaño de un topo en la cara y escucha Mägo de Oz pero también escucha The Smashing Pumpkins).

Alguien tiene que hacer algo contra ellos.


Fase 4: La eliminación.

Está naciendo una nueva clase social, y la gente normal agradece por eso. Los caza-emos, clase social iniciada por Lord Garchen (¿saben quién es?).

Esta clase de persona les hace un favor a los emos y a la sociedad también: los atropella con el auto.

Entiendan, a los emos les gusta el dolor, a la sociedad no le gustan los emos y así pueden llamar la atención. Por lo tanto, es todo ecuacional:

Emo + Auto + Lord Garchen = Felicidad.


Un niño de 8 años podría hacerlo mejor.
Perdonen la explicitez. Alá es grande.


Esto fue mi introducción. No espero que les guste ya que mi clase en esta sociedad bloguera es “Miembro supérfluo”.

Saludos, o Bonshia.

Lord Maroten Garchen.

3 comentarios:

  1. Ojala q t pisen a vosss,,
    x maloo!! jejejeej xD

    Aguanten los emos,, y nda,,
    Hitler no escuchaba a Good
    Charlotte y vos no sabes
    usar el Paint,, salamee!!
    ya vas a ver,,


    No t sorprendas q aparezca
    un movimiento CAZA-MAROTES!!
    jeje,,



    Pia*

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  2. me parece genial
    no al punto de pisarlos

    pero si al punto de decirles..
    hola

    LA VIDA ES MARAVILLOSA!


    yan*
    paz.

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  3. Solo voy a revindicar a musica de los smashing Pumpkins. el resto mecionado se la come. Ruckauf se las da.

    Atte. Leando vilches

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